Tipos de tornillos: características y usos de cada uno de ellos
Partes del tornillo
Para poder distinguir las diferencias entre tornillos, lo primero que debes saber es cómo llamamos a cada una de sus partes:
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Cabeza: es la parte superior y sobre ella apoyamos el destornillador o la llave que utilizaremos para apretar.
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Vástago: es la parte alargada del tornillo. La parte lisa se llama caña o cuello; y la otra es es la rosca.
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Punta: la encontramos al final del vástago.
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Paso: es la distancia que hay entre los diferentes hilos de la rosca.
Tipos de tornillos según su material
Según el material del que estén hechos, los tornillos serán más o menos adecuados para unir diferentes superficies.
Los tipos de tornillos de acero con acabado bicromatado o cincado son de los más comunes. Son resistentes a la corrosión moderada, por lo que resultan adecuados para su uso en interiores.
Los tornillos de acero inoxidable son la mejor elección para trabajos que van a estar al aire libre, y sobre todo en zonas de costa. Este material soporta perfectamente cualquier condición de temperatura y humedad y no se van a deteriorar aunque estén en la intemperie, ya que no se van a oxidar.
Los tornillos de latón son muy resistentes, y dado que tienen un acabado más estético, se utilizan en proyectos donde vayan a quedar a la vista, ya que resultan bastante decorativos. Son una buena opción para trabajos de interior en madera.
Tipo de cabeza del tornillo
Los tipos de tornillos que utilizamos de manera más habitual son los de cabeza ranurada y, especialmente, los de cabeza cruciforme, también llamados Phillips o Pozidriv(e). Nos interesará usar este tipo de tornillos cuando haya que aplicar una fuerza de torsión media.
Los ranurados los utilizaremos con un destornillador de cabeza plana, y los cruciformes, con lo que llamamos habitualmente un destornillador de estrella.
Estos dos tipos de tornillos se pueden atornillar hasta ocultar la cabeza, una vez se le ha hecho un avellanado en el agujero de entrada en el material.
Los de cabeza hexagonal o cuadrada se suelen utilizar para fijación o montaje de piezas, y tienen una gran capacidad de apriete. En el caso de los de cabeza hexagonal con valona contaremos además con la ventaja, de que no va a ser necesario el uso de una arandela.
Los tornillos de cabeza cilíndrica con hexágono interior, son los que conocemos como Allen. Y por lo tanto, necesitaremos de una llave de ese mismo nombre para apretarlos. Se utilizan en uniones donde necesitemos apretar con gran fuerza.
Los tornillos de cabeza Torx sirven para ser utilizados con atornilladores eléctricos, ya que el diseño de su cabeza aumenta la superficie de contacto con la punta y permite un alto par de apriete.
Tipos de tornillo según su uso
Si lo que queremos atornillar son dos piezas de madera, o un material blando, (como el plástico, por ejemplo), los tornillos más adecuados serán aquellos que tengan la rosca con un paso muy ancho. Esto significará que se va a agarrar mucho mejor a la madera, y la unión va a ser mucho más resistente.
Los tornillos para metal con rosca métrica, tienen el paso de rosca mucho más fino, ya que en este tipo de material tan duro, este tipo de rosca va a agarrar mucho mejor.
Los tornillos de rosca métrica también se utilizan para sujetar una pieza al material base. Son los que utilizamos con una tuerca y una arandela.
Si lo que nos interesa unir son, por ejemplo, dos placas de yeso, deberemos buscar una opción que no ejerza demasiada presión sobre el material, y por lo tanto que tenga una rosca de paso ancho. Como el yeso es muy blando, también será conveniente que tenga una punta muy afilada, para hacer más fácil la entrada en el material.
Pues como has podido ver, hay toda una serie de cuestiones a tener en cuenta, a la hora de escoger los tornillos más adecuados para tu próximo proyecto. Una vez conoces toda esta información ya puedes escoger los que mejor se ajusten a tus necesidades bricolajeras.